CRÓNICAS DE LA CASA DE LA ABUELA
LA CASA.
Es una casa no muy antigua, tiene a lo mucho 35 años, pero el que no sea antigua, no le quita lo tenebroso, ni que provoque, al menos ami un gran sentimiento de miedo. La casa tiene dos plantas, un patio trasero, un jardín y una cochera al frente.
El frente esta dividido en dos partes, tiene forma muy a un ovalo, pero la división no es simétrica, dos terceras partes es jardín y la tercera es cochera, aun así es bastante grande, bien acomodados caben 4 coches.
En el jardín hay varios árboles frutales, entre ellos de chabacanos, granadas, limas y membrillos, también esta ahí uno de los tesoros de mi abuelo, sus rosales, aunque poco le dura el gusto, ya que pasan “vándalos” y se llevan las rosas.
También ahí se encuentran masetas improvisadas con llantas, muy bonitas, ahí mi abuela tiene sus hierbas, preciadas también para ella, le encanta hacer té, sobre todo de limón, muy rico por cierto.
El corral es también muy grande y hay de todo, bueno no hay de todo, pero encuentro lo suficiente como para que cualquier niño se divierta, tiene un columpio, un montículo de tierra, ladrillos apilados, botellas bacías de plástico que mi abuelo recicla.
Además tiene mas árboles frutales, de limón, de granada, de aguacate, limas, naranjas, plátanos y creo que de un nogal, también hay dos cuartos, uno es el taller de mi abuelo, todologo titulado en la universidad de la vida, el otro es su bodega, hay mucho unicel, calculadoras y burbujas de plástico para proteger cosas.
La planta de abajo al entrar de lado izquierdo hay una pared continua, solo hay una puerta en ella, la cual da al zaguán y este a su vez da al corral, dentro del zaguán hay un baño que esta exactamente bajo las escaleras.
Al frente de la entrada están las escaleras al segundo piso, pero ahora no es turno de contarles sobre el, a la derecha esta la sala, tiene 6 sillones, un librero, el estereo, una bocina y una televisión, enseguida esta el comedor grande, que solo es usado para fiestas familiares, después el comedor pequeño que es donde regularmente se come, paralelamente al comedor pequeño esta la cocina, y mas al fondo la alacena, pero es como otra bodega.
Subiendo las escaleras, a la planta de arriba quedas a la mitad de esta, al lado izquierdo hay un baño, una sala pequeña y un cuarto, y al lado derecho hay 2 cuartos, luego otra salita, para diferenciar las salas, la de la izquierda el la salita amarilla y la de la derecha es la salita roja, luego de la salita roja esta el cuarto de mis abuelos.
EL RELOJ DEL PENDULO.
Eran vísperas de otoño, entre octubre y noviembre, yo estaba en tercer grado de secundaria, tenía 15 años, en la secundaria había una reunión, mi mamá fue a ella, me pidió de favor que fuera al kinder, ella es educadora, en el camino me encontré a mi papá, me dio una noticia que no esperaba. Mi tía, una de sus hermanas había fallecido.
Mi cerebro se desconecto durante casi todo el día, era una noticia que no me esperaba, sabía que mi tía tenia cáncer, pero todo iba muy bien, realmente no parecía que tuviera un final, me pase la tarde viendo un porta retratos de fomi que ella me hizo.
Llegando la noche, estábamos en la funeraria, yo para no estar tan triste era el que les llevaba el café a los demás, de pronto sonó el celular de uno de mis tíos, eran mis tías, que estaban en casa de mi abuela, preguntaban que si alguien podía ir a cuidar a los niños, ellos ya estaban dormidos.
Una de mis tías tenia tres hijos pequeños, 1 de 2 años de edad y 2, niño y niña de 1 año de edad, mi otra tía solo tenia a uno de 2 años, nadie quería ir, todos preferían estar en la funeraria, mi papá nos ofreció a mis hermanos y ami, caminamos a casa de mi abuela, en realidad no estaba lejos, llegamos y mis tías se fueron.
Mis primos estaban en el cuarto 3, en cuanto nos tiramos a la cama, mis hermanos se unieron al concierto de ronquidos, yo decidí permanecer despierto por cualquier cosa que pudiera pasar, realmente no había mucho que hacer, así que me puse a ver televisión, en Cartoon Network estaban pasando Tom y Jerry.
Exactamente en los comerciales, el puntual reloj de péndulo de mi abuelito (esta en el comedor grande) indico que era alguna hora, con sus resonantes campanadas, que se escuchaban por toda la casa, instintivamente lance una mirada al reloj, eran las 12 de la madrugada, y una vez más por instinto mire hacia las escaleras.
Me sorprendió mucho lo que vi, me talle los ojos, no lo podía creer, una silueta blanca estaba subiendo las escaleras, pero no caminaba, más bien flotaba, dio vuelta y traspasa la puerta del cuarto de enfrente, después de esto, los cuatro niños, simultáneamente comenzaron a llorar, yo tenia miedo, no sabía como reaccionar.
Lo único que se me ocurrió fue despertar a mis hermanos, llamar a mis tías y dormir, no podía pensar en nada más, en cuanto llegaron mis tías me quede dormido, sin decirle nada a nadie, aun hoy en día, nadie de mi familia lo sabe.
Al día siguiente, reflexionando, me di cuenta de varias cosas, o al menos eso quiero creer, la silueta era mi tía, se metió a ese cuarto porque ahí dormía mi tía, los niños lloraron al mismo tiempo porque fue a despedirse de ellos, y yo simplemente fui testigo, tal vez también me quiso decir adiós a mi.
LA VELADORA.
Esta historia no me pasó a mí, le pasó a mi abuela, ella me la relato y yo a ustedes, después de contarme la historia mi dijo:
Si pasa algo en la casa, no tengas miedo, son tus tías que nos están cuidando…
Hace años, mucho antes de que yo naciera, incluso antes que el mayor de los nietos naciera, fallecia una tía, hija de mi abuela, falleció de cáncer, al igual que mi tía del relato anterior, aunque cronológicamente este fue antes, le atribuyo el que mi abuelo dejara de fumar a estos dos hechos.
Mi tía se llamaba Elia, y falleció a la edad de 16 años, demasiado joven, fue un duro golpe para la familia, en la sala de la casa se puede apreciar una foto de ella, donde se le ve muy feliz a pesar de todo, a veces me gusta observar esa foto.
Todo transcurría como un día normal, al menos en la vida de mi abuela, levantarse por la mañana muy temprano, preparar el desayuno para mi abuelo y sus hijos, y hacer muchas cacerolas de diferentes guisados para las personas que iban a poner sus puestos al tianguis.
Cuando no hacia guisados, mi abuela preparaba masa para hacer pan, mi abuela es de esas personas que no descansan, todo el día busca algo que hacer, regar plantas, lavar trastes, barrer o trapear, sus quehaceres diarios no terminaban, una de ellas, era prender una veladora diario en nombre de mi tía Elia.
Realizando sus tareas diarias, mi abuela fue a prender la veladora para su hija, llevaba su caja de cerillos como siempre, ella encendió el cerillo y lo acerco a la mecha de la veladora, pero la mecha no prendió, el cerillo se consumió totalmente, casi al punto de que mi abuela se quemara los dedos.
A mi abuela se le hizo un poco extraño, pero encendió otro cerillo, el resultado fue el mismo, la mecha no prendía y el cerillo seguía consumiéndose, mi abuela repitió la operación hasta que sin darse cuenta se le terminaron los cerillos.
Mi abuela se sintió un poco triste, y en vos alta dijo, – ni modo Elia, hoy no te prendo veladora, ya no tengo cerillos – dicho esto, mi abuela se dio la vuelta y se preparaba para salir de la alacena, cuando un ruido le hizo dar la vuelta de nuevo, un ruido como de chispas, la veladora luego de las palabras de mi abuela, se había encendido sola.
LAS PUERTAS Y LA SALA AMARILLA.
Estas son dos historias, la primera les sucedió a mis tíos, hermanos de mi papá, y la otra me sucedió ami, en una de las tres salas de la casa, estas no dan tanto miedo, pero son historias que sucedieron en la casa de mi abuela.
Era un día un poco frío, mis abuelos habían salido, de hecho la casa estaba casi sola, nada más había dos personas en ella, mi tío Hugo y mi tía Martha, ellos se encontraban en el piso de abajo, mi tía en la cocina y mi tío en la sala viendo televisión.
Ninguno de los dos recuerda claramente porque fue, pero ambos hicieron una fuerte discusión en la sala, frente al retrato engrandado de mi tía Elia, ellos discutían aveces como cualquier par de hermanos, después de todo hermanos que no se pelean, no son hermanos.
Llego un momento en que la discusión se agravo tanto que mi tío estuvo a punto de golpear a mi tía, pero algo lo detuvo, un ruido magnificado 3 veces, el ruido típico de una puerta que fue cerrada fuertemente, digo magnificado porque, las puertas del piso de arriba parecieron cerrarse todas al mismo tiempo.
Mi tío subió corriendo al piso de arriba, como era eso posible si estaban solos, cual fue su impresión al darse cuenta de que las 3 puertas de los cuartos del piso de arriba estaban totalmente abiertas, mi tío bajo asustado y casi llorando, mi tía subió a comprobarlo, ese día no hubo mas discusión solo abrazos y consuelos.
Otro día, yo me encontraba solo en el piso de arriba, exactamente en la sala amarilla, estaba viendo la televisión, y como es típico en mi, comencé a cambiar de canal hasta encontrar algo que llamara mi atención y valiera la pena el verlo.
Extrañamente, el programa elegido fue “El show de Cristina” pero no me interesaba por ser un chismoso, lo que me llamo fue el tema, este era “Yo juego a la guija y me comunico con los muertos”, mi morbo respecto al tema era mucho, y me quede viendo el programa.
Hubo un momento en que uno de los invitados juraba y perjuraba que podía comunicarse con el espíritu de Tin-Tan, en ese mismo momento mi papa me grito desde abajo, – Germán, ahorita venimos, vamos a comprar pan –, dicho esto, salieron de la casa, por lo que me quede solo, viendo el programa.
De pronto sentí una fuerte mirada, me sentía un poco mal, como si estuviera siendo observado, pero no sabia de donde o de quien provenía esa mirada, esa sala esta adornada por fotos, de mis tíos, mis abuelos y mis bisabuelos, en cierto momento levante la mirada, y todas las fotos me veían fijamente.
No se si en realidad paso o solo me sugestione por el programa de televisión, pero salí corriendo de la casa, estaba afuera, en la cochera, llorando, esperando a que regresaran, cuando llegaron, subí de nuevo, apague la tele, y baje para estar con ellos.
LA SILUETA.
Por lo regular en tiempos de día de muertos, para ser mas exactos, dos semanas antes y una semana después, me sugestiono mucho, pero hay cosas que por mas sugestionado que este, no me las puedo imaginar, simplemente porque son físicas y esas no se imaginan.
Eran tiempos de día de muertos, me parece que era 3 de noviembre, esto no ocurrió en la casa de mi abuela, ocurrió en la mía, pero la constante para formar parte de este texto es que me sucedió a mí.
Yo estaba llegando a mi casa, recién había caminado tres kilómetros desde mi preparatoria, y desafortunadamente el camino pasa por el panteón municipal, de hecho mi preparatoria estaba entre los dos panteones que se encuentran en el municipio de Pabellón de Arteaga, esto no ayudo en nada a mi ya sugestionado ser.
Desde el momento que metí la llave a la cerradura presentía algo malo, como un susurro en mi oído, pero no le di mucha importancia, di la vuelta al mecanismo y entre, desde el momento en que entras puedes ver todo, el comedor, la cocina, los dos cuartos y el baño, mi casa era realmente pequeña, sigue siéndolo, pero ya no vivo en ella.
Al voltear hacia mi cuarto, vi una silueta negra salir corriendo del baño y meterse al cuarto de mis papas, que esta a un lado del mío, mi primer pensamiento fue ~ Chin, ya se metieron a robar ~, camine al cuarto de mis papas y me detuve en la puerta de este, y ahí estaba la silueta, como esperándome, yo, entre al cuarto.
Al hacer esto, la silueta se dirigió a la ventana, y salto, yo pensé, ~ Este cuate se va a matar, ¿Por qué salto? ~, Al momento en q salto me asuste, por dos motivos: uno, estábamos en un segundo piso, abajo no había nada que amortiguara la caída, y dos, las cortinas se levantaron como si hubiera entrado una gran corriente de aire.
Estaba caminando hacia la ventana para ver si el tipo había salido vivo de esa, estaba pensando en como habría logrado quitar las protecciones de la ventana y el mosquitero, las protecciones estaban pegadas con cemento a la pared, y el mosquitero estaba atornillado por dentro, además debió haber hecho mucho ruido, ¿cómo es que los vecinos no se dieron cuenta?.
Cuando llegue a la ventana y levante las cortinas me asuste, estaba como petrificado, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, la protección y el mosquitero estaban en su sitio, y peor aun, la ventana estaba cerrada, mi mama no la había dejado abierta.
¿Cómo entro aire si la ventana estaba cerrada?, ¿Realmente había una silueta o estaba muy sugestionado?, si lo de sugestionado es cierto, ¿Por qué se levantaron las cortinas?, estas preguntas siempre me las hare, lo único que hice ese día, fue salirme de la casa y sentarme en las escaleras a esperar a mi mama.
Estas son mis crónicas, espero que disfruten el leerlas como yo disfrute escribirlas, el motivo de este trabajo es que se acerca el día de muertos, y con eso comienza mi sugestión, de hecho ya vi mi primer silueta, pero eso como diría la nana Pancha, es otra historia, hasta pronto.